Cuando alguien con un gran talento dentro de tu organización le ofrecen otra oportunidad laboral y te hace parte de la decisión de su futuro hay 2 caminos: Apoyar o engañar.

La atracción del talento es una cosa de todos los días, las empresas siempre quieren hacerse con ese talento increíble que anda por ahí, dando lo mejor de sí en otra empresa. Esa lucha de la atracción y la retención es una constante. Y seamos claros, cuando encontramos un reloj que no solo se ve bien por fuera, sino que da la hora bien, nunca se atrasa, te entrega resultados, incluso diferentes resultados y te resuelve, ese reloj que pudo llegar a tu empresa como reloj de plástico como un Hello kitty, o un Casio calculadora, ese reloj, en el fondo es de oro, de oro puro.

Me acaba de pasar. Y no me puso feliz. La verdad entiendo ambas partes: la atracción y la retención. Pero el factor del liderazgo es clave, lo he sentido así.

No me han escondido nada, al contrario me han hecho parte de la «oportunidad» tanto del futuro empleador como de mi actual colaborador. Tuvimos una reunión los 3. Una reunión que honestamente pensé que ya no se daría porque había pasado el tiempo y pensé «bueno, no escondí nada, mande los datos de contacto y si no me han dicho nada pues por algo será». Pero sí estaba pasando algo, no del lado de mi colaborador, sino de la empresa de atracción, hacía lo propio. En esta reunión que les cuento me solicitaron en total transparencia involucrandome con la búsqueda de alguien «como tu chavo» me tomó por sorpresa.

En la reunión los rostros, la negociación, las preguntas, la valoración, el triángulo de personas dudando de si lo que se expone es la mejor forma de explicarse.

Y nada, que al final, pensé en un momento al ver la cara de mi colaborador que no sabía qué hacer ¿qué hubiera hecho yo hace años? Me refiero, a cuando era más joven.

Me respondí que «la oportunidad sin capacidad es una pérdida de tiempo» pero que en el caso de mi colaborador su tiempo conmigo (que aunque creo me falto terminar de formar en algunas cosas) ya había terminado. Era el momento de agradecer y soltar.

Pero no lo vamos a soltar así ¿verdad?, tanto ha dado esta persona y profesional a la agencia que no lo vamos a dejar ahí en la incertidumbre.

¿Es mejor que lo actual?¿qué va a aprender?¿Qué beneficios va a tener?¿Qué se espera de él? preguntas que por inexperto uno no tiene tan claras al inicio profesional.

Así que de pronto no éramos 3 preguntando y validando su propio beneficio, éramos 2 ya buscando lo mejor para 1. Para él, para mi colaborador, porque aquí, en esta agencia tenemos palabra y lo que nos importa es el bienestar de las personas, incluso si tienen que irse a una nueva oportunidad profesional. Guardaremos para que sea siempre a algo mejor. Apoyaremos para que sea lo mejor.

¡Eso carajo! Vamos por todas.

Gracias por todo Ema. Que disfrutes esta oportunidad, éxito.